De la mesa al mundo: calidad, control y un toque de acero
El viaje de un puro no termina en la mesa del torcedor. Lo que sigue es un proceso igualmente importante que asegura que solo los ejemplares perfectos lleguen al aficionado. Es un camino marcado por ojos entrenados, controles estrictos y, finalmente, el abrazo protector de la madera de cedro. Al mismo tiempo, existe otro mundo en paralelo: un mundo donde el acero y la precisión complementan o reemplazan el trabajo manual.
El ojo del maestro: el control de calidad
Cada puro enrollado a mano pasa de la mesa del torcedor directamente al control de calidad. Aquí, un supervisor experimentado con una mirada incorruptible y manos entrenadas inspecciona cada puro a fondo:
- Peso y dimensiones: ¿Es correcto el peso? ¿Coinciden la longitud y el cepo exactamente con las especificaciones del formato?
- Apariencia: ¿Está la capa impecable? ¿Es el color uniforme? ¿Está la cabeza perfectamente formada?
- Tacto: ¿Está el puro enrollado de manera uniforme? ¿Hay puntos blandos (demasiado sueltos) o nudos duros (demasiado apretados)?
- Resistencia a la calada: Se prueban puros al azar para verificar su resistencia a la calada utilizando una máquina especial.
Los puros que no pasan esta estricta inspección son descartados. No llegan a las cajas para la exportación. Esto garantiza la alta y constante calidad por la que son conocidas las marcas premium.
Media Ruedas: la rueda del orden
Los puros inspeccionados y aprobados se preparan ahora para una fase inicial de reposo y para el recuento. Se agrupan en paquetes de 50 y se atan con una simple cinta de algodón. Estos paquetes se llaman Media Ruedas.
Este método facilita el manejo, el transporte dentro de la manufactura y el recuento preciso de la producción diaria. Después de reposar un tiempo en las Media Ruedas, los puros pasan al paso final: la clasificación por color y el empaquetado. Un Escogedor (clasificador) organiza los puros en una caja según las más finas tonalidades de color, del más oscuro a la izquierda al más claro a la derecha, para que la caja abierta presente una imagen perfecta y armoniosa.
El lenguaje de la caja: sellos y códigos
Una caja original de Habanos cubanos está marcada con varias características que prueban su autenticidad:
- El sello de garantía: Un sello verde numerado con un holograma y un escudo de armas.
- Sello de Habanos: Una pegatina que confirma la denominación de origen protegida.
- Sello de fuego en la parte inferior: "Habanos S.A.", "Hecho en Cuba" y la nota crucial "Totalmente a mano".
- Código de fecha y fábrica: Un sello de tinta que revela en qué fábrica y en qué mes/año se empacaron los puros.
Estos códigos son el certificado de nacimiento de su puro y una herramienta importante para coleccionistas y conocedores.
Un toque de acero: el mundo mecánico
Además de la artesanía tradicional, existe el mundo de los puros hechos a máquina. Aquí, el enfoque no está en la singularidad y la complejidad suprema, sino en la eficiencia, la accesibilidad y una calidad absolutamente constante.
- Shortfiller: En lugar de hojas enteras, aquí se utiliza una tripa de tabaco cortado o rasgado (Picadura).
- Hoja de tabaco homogeneizada (HTL): A menudo, se utiliza como capote una llamada hoja de tabaco homogeneizada o HTL. Se trata de una lámina producida industrialmente a partir de polvo de tabaco, agua y celulosa. Garantiza una quemadura perfecta y recta y un sabor constante, pero carece de la profundidad aromática de una hoja de tabaco real.
- El proceso: Las máquinas forman la tripa, la envuelven con HTL en una hebra sin fin, aplican mecánicamente una capa y cortan los puros a la longitud correcta.
Un defecto de fabricación que solo ocurre en la producción a máquina es el llamado Goldschnitt (corte dorado). Aquí, la capa no envuelve completamente el capote, lo que provoca fugas de aire y problemas significativos de tiro. Dichos ejemplares, por supuesto, se descartan durante la inspección.
Los puros hechos a máquina y las obras maestras tradicionales son dos mundos diferentes para diferentes ocasiones y presupuestos. Uno ofrece un disfrute fiable para el día a día, el otro una experiencia cultural profunda para los momentos especiales de la vida.